RECUERDOS DEL MUNDIAL DE SUECIA

                                                                           

Hace sesenta años, durante el Mundial de Suecia de 1958, la selección argentina vivía lo que históricamente se conocería como un desastre. El equipo que viajó al país nórdico estaba integrado por jugadores considerados excepcionales en nuestro país. Entre ellos, podían contarse a por grandes futbolistas como Amadeo Carrizo, Pedro Dellacha, el Beto Menéndez, José Varacka, José Ramos Delgado, Pipo Rossi, Federico Vairo, Omar Orestes Corbatta, Ángel Labruna y José Sanfilippo . Argentina fue creyéndose candidata, y después de varios años de ausencia de la competencia mundial, y sobre todo, europea. Pensando que con el campeonato sudamericano de 1957, ganado en Lima, ya se tenía chapa de candidato, la realidad nos dio un cachetazo inolvidable. El fútbol europeo, su preparación física y sus adelantos tácticos habían progresado demasiado para el fútbol criollo, que no tenía roce a ese nivel desde hacía 24 años. Argentina, dirigida técnicamente desde 1939   por Guillermo Stábile, perdió 3 a 1 con Alemania, venció por 3 a 1 con Irlanda del Norte y  cayó por 6 a 1 con Checoslovaquia en el estadio Olímpico de Helsingborg  el 15 de junio de 1958, quedando eliminada en la primera ronda de la copa del mundo, igual que en Corea- Japón 2002. En Ezeiza, a su regreso, cuentan algunas crónicas que los jugadores fueron recibidos con "monedazos" por una furiosa multitud cercana a las 10.000 personas. Sin embargo, hay un detalle que pocos recuerdan y que hubiera dado la pauta de dónde estábamos situados verdaderamente en esa época en materia futbolística. En 1956, apenas dos años antes de aquel fatídico partido contra los checos, Argentina había enfrentado a sus verdugos en el Gasómetro porteño. Ese partido terminó 1 a 0, apenas, a favor de los locales. Debió haberse tomado como una luz de alarma.