En 1938 Cuba fue el representante de la CONCACAF en la tercera edición de la historia de los mundiales. Accedió al campeonato aprovechando el boicot masivo de muchos países de dicha confederación al torneo. Entre ellos estaban Estados Unidos, Costa Rica, México, El Salvador y la Guayana Neerlandesa. Fue así que Cuba se hizo de un lugar en la máxima cita realizada en Francia, en la que alcanzaron los cuartos de final .
En el primer partido se enfrentaron ante Rumania con quien empató 3 a 3, por lo que tuvieron que ir a un desempate en el que los cubanos ganaron por 2 a 1. Ambos encuentros se llevaron a cabo en Toulouse.
En los cuartos de final Cuba se midió ante Suecia, que había clasificado automáticamente a dicha instancia debido a que Austria no pudo participar del torneo porque había sido anexada por la Alemania Nazi antes del arranque del mundial. El encuentro tuvo lugar en Antibes y cayó 8 a 0.
Pese a eso, se convirtió en una de las revelaciones del torneo. Fue, hasta el presente, la mejor campaña que haya obtenido un seleccionado caribeño en toda la historia de los mundiales, y terminó en el séptimo puesto en la tabla general del certamen.
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