En los años setenta, Holanda asombraba al mundo con la aparición de un equipazo, que pasaría a la historia como la ‘naranja mecánica’ , dirigida por Rinus Michels y liderada Johan Cruyff. Este plantel de estrellas no pudo conquistar una Copa del Mundo, pero no le hizo falta: no sólo logró llenar de gloria por los siglos de los siglos al fútbol de su país, sino que quedará en la historia como uno de los mejores equipos jamás vistos. Nombres como como Rep, Rensenbrink, Johan Cruyff y Neeskens ocuparon el firmamento del fútbol mundial. También, el de los gemelos Willy y René Van Der Kerkhof, que fueron parte fundamental para entender y explicar aquel fenómeno.
Ambos hermanos llegaron muy jóvenes al Mundial de Alemania de 1974. De hecho Willy, el centrocampista, no llegó ni a estrenarse y René, el delantero, sólo disputó unos minutos en la gran final sustituyendo a Rensenbrink. No habían cumplido aún los 23 años y ya habían formado parte de una selección que a punto estuvo de dar la campanada en aquellos años del fútbol total. Toda una experiencia para aquellos dos jovencitos. Su prueba de madurez vino cuatro años más tarde. En Argentina 78 ya contaban con 26 años de edad. Tenían en su palmarés dos Copas de Holanda y 3 Ligas y ya tocaba mostrar al mundo su potencial. No tardaron en hacerlo. En aquel Mundial argentino enamoraron tanto a los amantes del buen fútbol como –todo hay que decirlo- a alguna que otra jovencita quinceañera de aquella época. Consiguieron un hito aún no superado: ser los únicos gemelos en marcar en la misma fase final. En un Mundial en el que ya no estaba Michels al frente del equipo ni la gran estrella Johan Cruyff sobre el césped, los gemelos Van Der Kerkhof guiaron a aquella gran Holanda hasta la final por segundo campeonato consecutivo. Una primera fase dubitativa con un fácil 3-0 a Irán donde, por cierto, se lesionó René y jugó el resto del campeonato con una mano escayolada, un empate 2-2 ante Perú y una derrota por 3-2 ante Escocia dieron paso a una segunda fase donde ya veríamos a la Holanda que todo el mundo esperaba: 5-1 a Austria, con gol de Willy Van Der Kerkhof, empate 2-2 ante Alemania Federal con gol de René y victoria 2-1 ante Italia que colocaba a los tulipanes en la final. Y en esa gran final, poco hubo que hacer, aunque lo intentaron. Un estadio repleto y una Argentina volcada con su selección. Holanda forzó la prórroga, pero un gran Mario Kempes condujo a los suyos a la victoria y dejaba a la “Naranja Mecánica” con la miel en los labios por segunda vez consecutiva. Ambos gemelos permanecieron juntos en el PSV Eindhoven hasta 1983, logrando una Copa de la UEFA en 1978. En ese 1983, René comenzó un peregrinaje por Grecia y Hong Kong para regresar de nuevo a su país a jugar en los modestos Helmond Sport y en el otro equipo de la ciudad, el FC Eindhoven, retirándose en 1989, a los 38 años. Su hermano Willy, por el contrario, permaneció en el PSV hasta 1988, año en el que su equipo se proclamó campeón de Europa, aunque con una presencia testimonial de Willy en el equipo y con una nueva generación de tulipanes en el césped: Van Breukelen, Koeman, Vanenburg, Kieft... Una generación que meses después le dio a Holanda la Eurocopa. Ese título que se le negó a aquella legendaria “naranja mecánica” en los Mundiales de 1974 y 1978 y a nuestros gemelos Van Der Kerkhof. Fuente: mundiario.com
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