El partido en el que se enfrentaron Yugoslavia y la Unión Soviética en el mundial de 1962 disputado en Chile, en el cual triunfaron los soviéticos por 2 a 0, tuvo un alto grado de violencia. De ese match se recuerda una de las faltas más agresivas de la historia de los mundiales: fue la cometida por Muhamed Mujic a Eduard Dubinsky, a quien le produjo una fractura de tibia y peroné. Pese a la gravedad de la lesión ocasionada el árbitro alemán Albert Dusch no impuso sanción alguna.
Después de este episodio el resto del plantel (Cuerpo técnico y compañeros) y los directivos de la federación yugoslava decidieron expulsar del equipo a Mujic quien nunca más volvió a ser internacional con la selección de Yugoslavia.
Por su parte Dubinsky tuvo que pasar por arduos tratamientos a consecuencia de la lesión sufrida y años más tarde debió amputarsele la pierna. En 1969 falleció por una infección que se le produjo en la amputacion cuando sólo tenía 34 años.
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