Ricardo Enrique Bochini nació en Zarate el 25 de enero de 1954 y es el máximo ídolo de la historia de Independiente de Avellaneda. Con la camiseta del Rojo disputó nada menos que 637 partidos. Una cifra casi irreal. Al Bocha lo evocamos más allá de sus cumpleaños. Lo recordamos, siempre, porque con él se retiró un fútbol estético, alternativo a la fuerza, el predominio de la fuerza, los choques, los bochazos,
Su virtud principal fue su velocidad mental, sus gambetas, su mágica pierna diestra y el toque sutil con los que elaboraba pases únicos, verdaderos estiletazos que muchas veces terminaban en goles decisivos, míticos, inolvidables
Debutó en el conjunto de Avellaneda en 1972 y logró cuatro títulos locales -los toreos nacionales de 1977 y 1978,el metropolitano de 1983 y el campeonato de 1988-89-mientras que en el ámbito internacional ganó cuatro libertadores de América-1973,1974,1975 y 1984-,dos copas interamericanas de 1974 y 1975 y las dos intercontinentales del club en 1973 y 1984.
Entre sus goles célebres se encuentran el que le convirtió a Peñarol en la Copa Libertadores de 1976, los dos que le marcó a River en la final del nacional de 1978 o el que le hizo a Racing en la temporada 1986-87.
Pero los dos goles más recordados fueron el que le marcó a la Juventus en la Copa Intercontinental de 1973 luego de tirar paredes con Bertoni y que sirvió para que el rojo obtenga el primer título del mundo y el que le hizo a Talleres en Córdoba en la final del nacional de 1977 en un recordado partido en el que Independiente terminó con ocho hombres. Pese a esa adversidad y a ir perdiendo 2 a 1 siendo perjudicado con dos jugadas polémicas, el equipo del legendario Pastoriza logró empatar el partido y obtener dicho torneo, consumando una hazaña única en el fútbol argentino.
Se retiró en 1991 unos días después de jugar su último partido ante Estudiantes de La Plata en el que se retiró lesionado.
A finales de ese año realizó su partido despedida en el Estadio de Independiente.
En la selección argentina formó parte del plantel que obtuvo el mundial de 1986 jugando solo algunos minutos frente a Bélgica en semifinales.
Luego de su retiro dirigió un par de veces a Independiente,una en la temporada 1991-92 en compañía de Carlos Fren y una década más tarde (2001-02) haciendo dupla con Néstor Clausen.
En 2007 retornó esporádicamente al fútbol para disputar 42 minutos con la camiseta de Barracas Bolívar en el torneo del interior. El Bocha acaba de cumplir 66 años. El mismo día en que se conmemoraba aquella victoria épica de Barrio Jardín. Con Bochini pasó a retiro una forma de jugar al fútbol. Una inteligencia superlativa, una asombrosa sensibilidad, un fino panorama, un desprecio por la tosquedad del lo físico como argumento futbolístico. Por eso recordamos a Bochini. Porque, en el fondo, todos estamos hartos de la fricción, la especulación, la marca, las tácticas amarretas y las largas pretemporadas. El Bocha fue el emblema de una época donde la cabeza y el talento eran fundamentales para jugar y amar para jugar al fútbol.
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