Rubén Pascualino fue un árbitro que dirigió desde 1983 hasta 1999 (año en el que decidió no seguir arbitrando debido a disidencias con la AFA). En primera división dirigió desde 1994 a 1999 llegando a ser internacional. Arbitró en el partido entre Boca Juniors y Newell´s Old Boys de Rosario, en el que Diego Armando Maradona marcó el último gol oficial de su carrera como futbolista en 1997.
Actualmente se desempeña como instructor de árbitros y da clases de reglamento y de arbitraje en distintas instituciones.
A continuación mantenemos nuestra charla con el entrevistado:
-¿A qué edad elegiste ser árbitro?
A los 20 años ingresé a AFA a realizar el curso. Tuve que pedir permiso al gerente, porque antes se ingresaba a los 21y, como cumplo años en Junio perdía un año. Y elegir son circunstancias, cada uno tendrá su motivo, pero me gustaba el fútbol, mi padre fue dirigente del Club El Porvenir y casi nací en una cancha. Siempre me llamó la atención cuando iba a los vestuarios estar cerca de los árbitros.
-¿Que significó para vos el arbitraje?
El arbitraje es un estilo de vida, cambia tu mentalidad, no es un suceso sino un proceso y con el tiempo pasa a ser una pasión. Nunca voy a dejar de serlo a pesar de hoy ya no poder correr ni 100 metros, estoy como instructor, pero siempre añoro todo el proceso de preparar el bolso para salir a arbitrar. Una de las circunstancias de la que aún tengo un vivo recuerdo es la adrenalina de estar en las puertas del túnel para salir al terreno de juego. La pasión de las hinchadas, porque en esa época había público visitante. Era una sensación inexplicable.
-¿Cuál fue tu mejor partido y cuál el peor?
Mi mejor partido, realmente no podría decirlo, pero creo que por la emotividad en las circunstancias en que lo arbitre seguramente fue Boca vs. Newell’s, donde Diego convirtió el último gol de su carrera. Otro en el que me sentí excelente fue la final de Talleres de Córdoba vs. Gimnasia y tiro de Salta. Ahí salió campeón Gimnasia de Salta en el estadio de Córdoba colmado, donde Talleres ya tenía preparada la fiesta y se querían morir. Pero realmente, en vez de reclamar algo, me saludaron los dirigentes del local por el arbitraje realizado.
Al peor no lo recuerdo, pero sí puede ser que uno no salía conforme y después veía por Fútbol de Primera que uno había sancionado algo mal. Muchas veces no dormí por esas circunstancias. Se cree que uno se equivoca y no le interesa pero el árbitro responsable lo padece.
Donde tuve un gran problema, pero no por arbitrar mal sino porque sancione un penal en el último minuto al visitante, fue Atlético Tucumán vs. Los Andes. La gente ingresó a la cancha, se metía por el túnel, querían romper la puerta del vestuario, la policía a los golpes, no entraron al vestuario de casualidad. Me siguieron al hotel, estaban los hinchas en las rutas hacia el aeropuerto, escuchaba el diálogo de los policías que tenían que cambiar caminos, y cuando llegué al aeropuerto tuvo que custodiarme la policía aeronáutica hasta el VIP, dado que también había gente en el aeropuerto. Frase graciosa cuando llegué al VIP fue de un policía "Flaco que quilombo armaste nos van a matar a todos" ja ja.
-¿A qué apuntan en la formación arbitral?
En la formación arbitral se apunta a dar todos los elementos para formar a un árbitro de excelencia. Soy Instructor en IAF, un Instituto de Formación de Instructores de Árbitros, junto a reconocidos árbitros Scime, Crespi, Pasturenzi y otros. Estoy al frente de una Escuela Municipal de árbitros de Florencio Varela y además doy reglamento en escuelas de técnicos de fútbol. Es importante que uno llegue a inculcar lo que significa ser árbitro que, como dije, es un estilo de vida. Descarto elementos primordiales: que debe ser honesto, buena persona y una moral intachable. Los elementos se inculcan con pasión, luego cada uno elige su camino. Como en cualquier profesión.
-¿Que fue para vos haber dirigido en el partido en el que Maradona marcó el último gol en su carrera?
El partido ese que decís, en el que Diego marcó el último gol de su carrera, es inolvidable fue el 14 de septiembre de 1997. Esa fecha no me olvido más. El partido fue un domingo. Una jueza le había dado un Habeas Corpus a Diego para jugar porque se estaba investigando un doping. El sábado había fallecido mi abuela y el domingo era su entierro, no podía concurrir. Por pedido de mi padre y abuelo fui, ellos quisieron que no deje el partido, que vaya a arbitrarlo. El domingo ese era el cumpleaños de mi padre y me dijo: "es el mejor regalo que me podes hacer y tu abuela así lo hubiese querido". En Newell’s debutaba Goycochea. El gol de Diego fue de penal y de ese momento me acuerdo como hoy, Diego y Sergio frente a frente, ...se conocían tanto, mi pensamiento era quien ganará el duelo? Fue Diego. Luego fue reemplazado por Guillermo Barros Schelotto que debutaba en Boca y convirtió el gol del triunfo. Ganó Boca 2 a 1. Al final del partido vino Diego al vestuario, dado que se había enterado del fallecimiento de mi abuela, y me entregó su camiseta firmándola, como reconocimiento de que haya estado arbitrando a pesar del momento que estaba pasando. Ese era Diego, con excelentes virtudes y errores como todo ser humano. Ese gesto no lo voy a olvidar jamás. Y aún hoy sufro por su final.
- ¿Cómo ves al arbitraje actual?
El arbitraje actual no está pasando por buenos momentos. Hoy existe una dirección arbitral donde están realizando su trabajo y bajo ningún punto de vista voy hablar de eso. La historia juzgará si el trabajo que realizaron fue bueno o malo.
- ¿Cómo ves el tema del VAR?
Estoy absolutamente de acuerdo con el elemento VAR. Es una herramienta para solucionar un error, una injusticia. Pero debe ser bien usado y tener una tecnología sofisticada, no es lo que sucede en Latinoamérica. Los VAR y AVAR tienen que ser instruidos especialmente para esa función, y no ser VAR y luego Árbitro, como los Árbitros Asistentes que cumplen solo su función. El mejor lugar donde utilizan el VAR es en Inglaterra. Su objetivo es intervenir en errores claros, obvios y manifiestos y eso no sucede. Es un tema largo para hablar.
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