En Suecia 1958 la selección argentina volvía a participar en un mundial luego de 24 años. En el primer partido del regreso del elenco argentino a la máxima cita del fútbol mundial se enfrentó a Alemania, que en ese momento era el campeón que, cuatro años atrás, se había hecho con el título del mundo que se había llevado a cabo en Suiza.
Lo curioso de este partido fue que se decidió que uno de los dos equipos tenía que usar una camiseta alternativa y, como Alemania tenía su tradicional casaca blanca y Argentina tenía solo su habitual camiseta celeste y blanca, debió recurrir a un juego de camisetas amarillas que pertenecía al IFK Malmo, club de la ciudad homónima, donde se iba a llevar a cabo el partido.
En cuanto al partido disputado, los argentinos se pusieron en ventaja a los 2 minutos de juego por intermedio de Orestes Omar Corbatta, pero los alemanes dieron vuelta el cotejo con dos goles convertidos por Helmut Rahn, y el restante de Uwe Seeler. El partido finalizó 3 a 1 a favor de los europeos.
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