En los octavos de final del mundial de 1990, realizado en Italia, se enfrentaban Alemania Federal y Holanda. El encuentro se llevó a cabo en Milán en el estadio de San Siro o Giuseppe Meazza. El equipo alemán tenía en su plantel a tres jugadores del Inter de Milan (Andreas Brehme, Lothar Matthäus y Jürgen Klinsmann), mientras que el Milan -que era el mejor equipo de aquel momento-, tenía en sus filas a tres holandeses (Ruud Gullit, Frank Rijkaard y Marco Van Basten). Estos jugadores se destacaban tanto en los clubes ya mencionados como en sus seleccionados.
El partido terminó 2 a 1 a favor de los alemanes con tantos convertidos por Klinsmann y Brehme, mientras que Ronald Koeman fue el que marcó para los holandeses.
Pero lo más recordado del partido fue cuando, pasados 20 minutos del partido, hubo una falta de Rijkaard sobre Rudi Voeller por lo que el primero fue amonestado. Tras ese incidente hubo un par de roces y Rijkaard escupió a Voeller, motivando que el delantero alemán protestara tal accionar por lo que también recibió la tarjeta amarilla.
Luego de la ejecución del tiro libre, Hans Van Breukelen agarró el balón mientras, tanto Rijkaard como Voeller continuaban con la pelea. Por estos incidentes el árbitro argentino, Juan Carlos Loustau, terminó expulsando a los dos, y luego de esto Rijkaard volvió a escupir a Voeller cuando ambos se marchaban a los vestuarios.
Finalmente en el vestuario habrían intentado pelearse de vuelta aunque las cámaras no captaron este último episodio.
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