En la final del mundial de 1982, llevado a cabo en España, Italia venció 3 a 1 a Alemania en la final disputada en el Estadio Santiago Bernabeu y logró el tercer mundial de toda su historia.
Al convertir el segundo gol, con el que Italia empezaba a liquidar el partido, Marco Tardelli con una buena definición puso el 2 a 0. A continuación corrió a celebrar el gol gritandolo de una manera muy desaforada y levantando los puños, en una imagen que terminó siendo una de las más icónicas de toda la historia de la Copa Del Mundo.
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