En la final del mundial de 1974, disputado en Alemania Federal, se enfrentaban Holanda y Alemania. Estos seleccionados tenían a los dos mejores jugadores de aquel momento: Johan Cruyff por el lado de Holanda y Franz Beckenbauer por el lado de Alemania.
Cuando estaba todo preparado para iniciarse el partido, debió retrasarse unos minutos debido a que faltaba colocar los banderines de córner. Luego de poner los banderines, comenzó el encuentro en el Estadio Olímpico de Munich.
Esta gran final terminó con triunfo del combinado alemán por 2 a 1 obteniendo el segundo título en su historia.
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