El 25 de diciembre de 1937 se enfrentaban Chelsea y Charlton Athletic en el Stamford Bridge por la temporada 1937-1938 de la liga inglesa.
El partido debió ser suspendido debido a la intensa niebla y todo el mundo se fue del estadio. Los jugadores y el árbitro ya se encontraban en los vestuarios pero Sam Bartram, arquero del Charlton, no había sido advertido de la decisión arbitral y se quedó en su arco por 15 minutos más en medio de la neblina, hasta que un policía le comunicó que ya no estaban jugando y que se había suspendido el encuentro.
Esta fue una de las anécdotas más insólitas de la historia del futbol.
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