Por primera vez en su historia, Irán se ha
clasificado para dos mundiales de fútbol seguidos. Estuvo en Brasil 2014 y
estará también en Rusia 2018. En este último caso, clasificando como segunda
selección en el mundo, detrás del mismísimo Brasil. Indudablemente, el fútbol
del país asiático se encuentra en franca evolución, la que debería ser
ratificada en la próxima copa. Muchas explicaciones pueden ensayarse para este
salto de calidad. Una, es la indudable influencia del entrenador Carlos
Queiroz, cuyo trabajo ha sido decisivo para el balompié de esta potencia
asiática.
Pero este ascenso también puede explicarse por una generación de buenos
futbolistas. Entre ellos, se destaca el jugador del Rubin Kazan de Rusia,
Sardar Azmoun, al que muchos llaman el Messi de Irán. De apenas 22 años de
edad, este jugador electrizante y goleador letal aspira a ser una de las
revelaciones del próximo mundial.
Este delantero de 1, 86 metros de estatura comenzó jugando al vóley,
deporte donde llegó a sobresalir, bajo la atenta mirada de Khalil, su padre, ex
voleibolista y entrenador de esa disciplina. Sin embargo, Sardar se decidió por
el fútbol y todo parece indicar que no se equivocó.
Fuente: marca
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