Video:TyC Sports
"Sólo cabe una palabra: Desastre".Ésto decía una recordada tapa de El Gráfico después que Argentina quedara afuera del mundial de México de 1970, en un recordado partido ante Perú en la cancha de Boca. Los más añosos recordarán esa portada, que pudo ser
exagerada (un partido de fútbol no puede ser un "desastre"), pero que sirve desde lo comparativo para comprender lo que ha ocurrido con la selección bicampeona del mundo en Rusia.
Habrá hipócritas que querrán hablar "sólo del partido" (como si allí pudieran encontrarse las claves de lo que fue un desenlace, una deriva, y no un resultado). Y entonces culparán a Caballero (que sí se equivocó y claramente fue una mala opción del entrenador),
a Sampaoli (que erró en todo de cabo a rabo), o a Messi (inexplicablemente ausente del juego de ayer). Pero lo de Argentina es más complejo. Una AFA que toca fondo con aquella vergonzosa votación empatada en 38 sufragios. todos lo recordamos. Y que continúa
después en un oscuro tembladeral, burdamente politizado, con ganadores y perdedores a plena luz del día. Cuatro entrenadores en un ciclo. El último, Sampaoli, cuyo mayor logro había sido su exitoso paso por la selección de Chile. Y que nadie conocía. Un técnico
que en 13 meses convocó 59 jugadores y nunca, nunca, repitió la misma formación. Que tiene serios problemas con el lenguaje, y por ende, con la lógica. Un tipo al que esta selección difícil le quedó enorme. Ahora sí, hablemos del partido. De la formación táctica
elegida contra un equipo croata que tiene en su mediocampo a Modric y a Rakitic, nada más y nada menos. Y que nos hizo sufrir por las bandas a lo largo de los 90 minutos. Un primer tiempo parejo, una selección argentina sin volumen de juego, sin desequilibrio,
pero jugando un poco mejor que contra Islandia, encima con nulo aporte de Messi. Y un cumplimento donde aparecieron todos los fantasmas. Los del desequilibrio en el dibujo, los de laslimitaciones individuales, los de la falta de respuesta anímica. Llegó el
error del arquero, y el 1 a 0. Casi un autogol, a los 53 minutos. Y de ahí en más, todo de los balcánicos. Llegó el gol de Modric (un golazo), mientras Argentina era puro nervio y descontrol. Y después el 3 a 0, sin que los ingresos de Higuain, Pavón o Dybala
hayan significado solución alguna. Estamos casi afuera del mundial. Podríamos seguir solamente si se dan resultados que no dependen de Argentina y además que la obligan a hacer lo que no pudo hasta ahora: ganar. Ganarle a Nigeria. Todos sentimos que lo que
empezó mal, terminó mal (ampliaremos?).
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