Video:TyC Sports
Es cierto que tal vez demoró demasiado para definir el partido contra el humilde Egipto. También lo es que, en el primer tiempo de San Petersburgo desplegó un juego poco creativo, mecanizado, sin muchas variantes, demasiado parecido a sus opacas producciones previas al Mundial. Pero también es cierto que Rusia ganó con autoridad su segundo partido consecutivo, que convirtió ocho goles en esas presentaciones, y que su equipo parece empeñado en seguir un camino ascendente de cara la segunda ronda del torneo, pase que ya tiene asegurado.El verdadero rostro ruso se vio en el segundo tiempo de esta tarde. Potente, físico, vertical, ambicioso y efectivo. Y así logró un resultado tan contundente como justo. Los goles llegaron por vía de Fathi, en propia portería, a los 47 minutos; Cheyshev a los 59 (uno de los goleadores de la copa junto a Cristiano Ronaldo), después de un desborde de Fernández y cerró la cuenta el gigante Dzyuba a los 61, mediante una delicada y precisa definición a la izquierda del arquero africano. El talentoso Salah descontó a los 73 minutos de penal para los egipcios, dirigidos por el experimentado entrenador argentino Héctor Cúper. Fueron 20 minutos cargados de vértigo en los que los locales no solamente marcaron diferencias, sino que dejaron en claro que un equipo como el africano, que había complicado a Uruguay, fue prácticamente borrado de la cancha y superado sin atenuantes. Esa amplitud da cuenta de un potencial que comienza a desplegarse de manera progresiva. De hecho, su autoestima también va a en ascenso y en los últimos minutos del cotejo demostró que también puede hacer circular la pelota con mucha prolijidad, que posee cierta ductilidad en algunos de sus jugadores (Golovin es, quizás, el caso más evidente) y hasta que sus mediocampistas se animan a tirar alguno gambeta. Los próximos compromisos (el que viene contra los charrúas) dirán para qué está Rusia. Hasta ahora, su solidez y practicidad comienzan a exhibirlo como un equipo en pleno ascenso que debe ser tomado en cuenta, y no solamente por su condición de anfitrión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario