En el encuentro que Brasil derrotó a Inglaterra por 3 a 1, partido válido por los cuartos de final del mundial de 1962 disputado en Chile, ocurrió un hecho muy curioso.
Cuando transcurría el primer tiempo del certamen un perro callejero ingresó a la cancha obligando al árbitro francés Pierre Schwinte a detener el juego. El can primero esquivó al guardavallas inglés Ron Springett
que intentó interceptarlo, luego evadió a Garrincha, quien tampoco pudo detenerlo, hasta que finalmente Jimmy Greaves se puso en cuatro patas para atraer al animal, lo que posibilitó que lo agarrara y lograra sacarlo del campo de juego, recibiendo el aplauso
del público presente. Más tarde Greaves notó que al atrapar al animal este le había ensuciado (orinado) la camiseta.
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