El 23 de mayo de 1993 se disputaba la decimosexta fecha del torneo clausura de ese año. Hubo varios hechos destacados en esa misma jornada, tales como la victoria de Boca juniors -ya sin el Maestro Tabarez y con Jorge Habegger como técnico- ante Racing por 1 a 0, el triunfo por 1 a 0 de San Lorenzo ante Huracán, -poniendo fin a una racha de 10 años sin ganar un clásico- o el triunfo de Estudiantes de La Plata por 3 a 0 ante San Martín de Tucumán, donde marcaba su primer tanto en primera división Martín Palermo.
Pero hubo dos partidos que dieron que hablar en cuanto a la polémica con dos árbitros caracterizados por su manera de aplicar el reglamento: Javier Castrilli y Francisco Lamolina.
Los partidos que les tocaba dirigir eran Talleres de Córdoba - River Plate (Castrilli) y Argentinos Juniors - Vélez Sarsfield (Lamolina). River y Vélez peleaban el título junto a Independiente, mientras que Argentinos y Talleres luchaban por la permanencia.
En el partido que se disputó en cancha de Ferro Carril Oeste Vélez venció 1 a 0 a Argentinos, en un encuentro donde hubo mucha pierna fuerte y tres expulsados. Pero la polémica llegó sobre el final con un gol anulado por una dudosa posición adelantada. Eso desató la ira de los jugadores del Bicho y también de un miembro del cuerpo técnico que habría ido a increpar a un juez de línea. Allí se produjo un tumulto en el que tuvo que intervenir la policía y parte del cuerpo técnico de Argentinos terminaron detenidos.
Pero hubo otro escándalo mayor en Córdoba, en el partido en el que Talleres y River empataban 2 a 2.
En el segundo tiempo Castrilli cobró un protestado penal para River y Rubén "Polillita" Da Silva empató el encuentro para el Millonario, pero al minuto un hincha ingresó al terreno de juego e increpó al Sheriff. Por lo que se pudo ver en la TV y por lo dicho en una revista deportiva de la época, lo habría intentado agredir o pedirle explicaciones por el penal.
Luego Castrilli y los jueces de línea fueron custodiados por la policía porque habían sido o rodeados por los jugadores y el cuerpo técnico de Talleres, quienes fueron a increparlo. El tumulto terminó con cinco jugadores expulsados.
Después se lo vió al técnico del equipo local, José Omar Pastoriza, increpando al juez y a Alejandro Kenig, uno de los futbolistas expulsados descontrolado.
Inmediatamente, el partido fue suspendido por los incidentes y luego la AFA sancionó a los jugadores expulsados y dió el partido por ganado a River.
Tras la sanción Talleres fue a la justicia y esta falló a favor habilitando a los expulsados. Esto generó una medida de fuerza por parte de los árbitros suspendiendo el fútbol.
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