En la primera edición del campeonato Sudamericano (hoy Copa América) que se disputó en la Argentina en 1916, se patentó la jugada que conocemos como “La Chilena”. Esta jugada consiste en realizar una pirueta en la que el jugador encargado de ejecutar el remate reclina su espalda hacia atrás, se impulsa con una pierna mientras la otra está más arriba, baja la pierna que está arriba y coloca la otra sobre la cabeza, con el fin de pegarle a la pelota en un lanzamiento aéreo, sin que su espalda llegue a tocar el suelo.
El origen de la jugada fue en Chile y en Perú, y la nombraron Chalaca, cuando empezaba la práctica de fútbol en ambos paises.
La denominación se oficializó en el partido entre Chile y Uruguay correspondiente al torneo ya mencionado, que se disputó en GEBA. En esta oportunidad Ramón Unzaga (un español nacionalizado chileno que jugaba para esa selección) realizó la jugada. Lo novedoso de la maniobra hizo que se nombrara al acrobático salto como la "Chilena", como también se la menciona en varios paises de habla hispana.
El nombre de Chilena se patentó así, luego de que el público presente y los medios de la Argentina preguntaran por la jugada.
Unos años más tarde en España empezaron a nombrarla igual, luego de que el jugador David Arellano la exhibiera jugando para el Colo-Colo en una gira de su club por dicho pais.
Hoy en día en Talcahuano, Chile, hay un monumento en homenaje a la jugada y a Unzaga, que fue inaugurado hace unos años.
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